El invierno es una estación llena de romanticismo como cualquier
otra, sólo hay que saberlo ver a través del cristal adecuado. Os traemos
unas ideas para demostrarlo que conseguirán convencer hasta a los más
indecisos.
El
invierno es una época perfecta para casarse y cada vez son más parejas
las que se decantan por celebrar su boda en estos meses.
Un
pequeño hotel de montaña, a los pies de una estación de esquí puede ser
el lugar ideal para celebrar la boda de una pareja deportista y amante
de la naturaleza. Fotos originales en la nieve, un paisaje espectacular y
a la mañana siguiente... ¡todos a esquiar!
La luz en
invierno es distinta también junto al mar. No renunciéis a casaros con
él de fondo en un restaurante con grandes ventanales o viajando a algún
destino tropical y exótico donde haga calor y además os salga más barato
que el resto del año.
¡Qué
bonitas son las ciudades en invierno! Una boda urbana es buena en
cualquier época del año. Al final de la fiesta ofreced a vuestros
invitados una taza de chocolate caliente y unos churros y veréis qué
felices se van a la cama.
Una boda-cotillón es otra de
las opciones. ¿Qué mejor forma de despedir el año que acaba y recibir al
nuevo que casándose? Sobre todo que no falten las uvas, el confeti y lo
que vosotros queráis, será una fiesta doble e inolvidable para todos
los que participen en ella.
Que la estación del año no
sea un impedimento para elegir lo que de verdad os gusta. Vuestra boda
la define todo lo que os define a vosotros. Si sois una pareja de
invierno, ¡vuestra boda debería serlo también!
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